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Una mirada desde el Yoga y la Biodecodificación para reconectar con tu Dharma.
“La madurez no tiene nada que ver con las experiencias de la vida. Tiene que ver con tu viaje interno, con tu crecimiento interior.”
— Osho, Madurez
¿Qué es el Dharma y por qué es clave para tu bienestar?
En el camino del Yoga, hablamos de Dharma como la acción correcta: el conjunto de actos alineados con tu verdadera esencia, con tu propósito en esta vida.
Cuando vivimos desconectados de nuestro Dharma, sentimos confusión, vacío, ansiedad.
Cuando lo reconocemos, todo cobra sentido.
El Yoga y la Biodecodificación son dos caminos poderosos que nos permiten reconectar con esa misión interior.
Y en esta entrada quiero compartirte cómo podemos redescubrirla, honrarla y vivir con más coherencia y plenitud.
Mi click de vida: los ciclos de 7 años
A los 24 años tuve mi click.
Entendí que la vida ocurre en ciclos de 7 años y que en cada uno de esos ciclos vamos, poco a poco, alejándonos de nuestra esencia… o volviendo a ella.
Fue a través del Yoga que empecé a escuchar mi alma.
No fue solo una práctica física: fue un encuentro.
Una puerta que se abrió hacia dentro, donde por fin me animé a cuestionar, a buscar, a recordar quién soy.
La desconexión: ¿cuándo nos perdimos?
La sociedad nos impone un camino desde muy temprano.
A los 18 años se nos exige decidir nuestro futuro… pero estamos completamente descentrados.
Seguimos un plan que no es nuestro: estudiar, recibirnos, trabajar, hacer un máster, tener pareja, sostener una vida.
Y todo eso muchas veces sin habernos preguntado qué nos hace verdaderamente felices. El foco está afuera. Y por eso hoy, tantas personas viven con ansiedad, depresión, frustración.
Porque el alma no fue escuchada.
El Yoga como camino de regreso al centro
El Yoga nos ofrece una guía para volver a nosotros:
- Asana (posturas): liberación física, autoconocimiento corporal.
- Pranayama (respiración consciente): regulación emocional y energética.
- Dhyana (meditación): observación y calma mental.
- Svadhyaya (autoestudio): reflexión interna, identificación de condicionamientos.
En esta práctica, el Dharma no es algo que se impone.
Es algo que emerge naturalmente cuando silenciamos el ruido externo y sintonizamos con el corazón.
Biodecodificación: liberar lo heredado para vivir lo auténtico
La Biodecodificación es otra herramienta clave en este camino.
Permite identificar creencias, mandatos y memorias familiares que repetimos de forma inconsciente.
Al observar esos programas y soltarlos, nos liberamos del peso de lo heredado.
Y abrimos espacio a lo propio: una vida más consciente, alineada, libre.
¿Cómo volver al Dharma?
Volver al Dharma no significa cambiar toda tu vida de un día para el otro.
Significa volver a vos, paso a paso.
Observar tu vida actual: ¿estás en coherencia con lo que sentís?
Incorporar prácticas de conexión: yoga, meditación, escritura, respiración.
Animarte a soltar lo que ya no vibra con tu verdad.
Escuchar el cuerpo, tus emociones, tus ciclos.
Recordar que estás a tiempo. Siempre.
¿Qué pasa si no volvemos a nuestro centro a tiempo?
Cuando no escuchamos ese llamado interno en los momentos clave —como a los 21, 28 o incluso a los 35 años—, lo que suele ocurrir es un colapso posterior.
La energía que se reprimió por años termina buscando salida de formas más abruptas.
Ahí es donde aparecen las llamadas crisis de los 40 o de los 50 años:
una sensación de vacío, de estar atrapados en una vida que construimos, pero que ya no tiene sentido.
Es común escuchar frases como:
- “Lo tengo todo, pero no soy feliz.”
- “No sé quién soy sin mi rol de madre, padre, profesional…”
- “Siento que viví para otros, no para mí.”
Estas crisis no son errores, sino llamados tardíos del alma.
El cuerpo puede enfermar, las emociones se desbordan, las relaciones se tambalean.
Pero el propósito es uno solo: despertarnos.
El Yoga lo explica desde el concepto de karma: cuando no aprendemos desde la conciencia, la vida nos repite la lección con más intensidad.
Y en lugar de verlo como un castigo, podemos verlo como una oportunidad:
Aún a los 40 o a los 50, es posible volver al centro. A veces más maduros, más valientes, más libres.
La vida no se acaba a los 40. A veces, empieza recién ahí.
“Madurez es estar en contacto con tu propia existencia.”
— Osho
Este texto no es una crítica.
Es una invitación amorosa a volver a vos.
A dejar el piloto automático.
A vivir desde el corazón.
Animate. Descubrite. Viví en plenitud.
✨ Las herramientas y los medios están disponibles para nosotros.
Somos nosotros quienes, con una mínima acción y un poco de compromiso, podemos comenzar a vivir en armonía. La plenitud no está en el futuro. Está en el presente, cuando elegís reconectar con tu esencia.